El poder del perdón

Perdonar es una acción fácil de realizar para algunos y casi imposible para otros pero, si perdonar es uno de los mejores remedios para los males que aquejan a las personas ¿por qué cuesta tanto trabajo perdonar a alguien?. Esta pregunta tiene muchas aristas y vamos a tratar de comenzar por lo menos complicado.


Odiar a alguien es como tomar veneno esperando que la otra persona muera.

Tal vez hayas escuchado anteriormente esta frase de Buda, y entenderla es realmente sencillo: si tomas y tomas veneno nunca vas a afectar a alguien más que a ti incluso si lo tomas pensando que con tu malestar, enfermedad o muerte perjudicarás a otra persona porque ese perjuicio solo se dará si la otra persona lo permite.

VenenoCuando alguien ha hecho algo con lo que te has sentido herido o lastimado ya sea física o emocionalmente probablemente te costará trabajo perdonar lo que te ha hecho (independientemente de que esa persona te lo pida o no) y te puede costar trabajo por diversas razones, una de ellas podría ser que en la sociedad en la que te desenvuelves te han dicho o has escuchado que si perdonas a alguien que te ha lastimado eres un tonto(a) y que probablemente el hacerlo te llevará a seguir sufriendo en el futuro y bueno ¿quien querría ser un tonto?. Otra razón es que tal vez pienses que la falta que la otra persona cometió es demasido grave como para que se le perdone e incluso podrías pensar que esa persona no merece tu perdón. Otra más es que lo que te hizo la otra persona dejó secuelas emocionales o físicas con las que convives diariamente lo cual te impide poder perdonar al culpable pues estás solo enfocado en sentir el dolor y sufrimiento que esto te atrajo.

Pues bien sea cual sea el motivo por el cual estás guardando ese rencor, u odio en una escala mayor, lo que tal vez no sabes es que a ti es a quien está afectando directamente pues en muchos casos el culpable de todo esto ya no está o si está no le importa en lo más mínimo y tú eres quien la sigue pasando mal, pensando 1 minuto objetivamente hazte la siguiente pregunta: ¿es realmente justo que después de todo lo que haya pasado tú sigas mal y lleves semanas o meses lamentándote por lo sucedido sin poder ser feliz?.

Desafortunamente para ti mientras no logres llegar a ese perdón no podrás recuperarte al 100% mientras no cambies los pensamientos, ideologías o prejuicios que te impiden llegar a este anhelado perdón. Y como ejemplo tenemos la primer idea de que para perdonar la otra persona debe pedirlo (y a veces deseamos que suplique, que se humille y que sufra como nosotros), el gran problema con esto suele ser que esa otra persona nunca lo hace e incluso podría darse el caso donde no crea que debe hacerlo lo cual mata toda esperanza de recibir esa solicitud de perdón.

Lo primero que debes comprender es que el perdonar está en ti y no necesita ser solicitado por nadie más que por tu propio ser en un camino a sanar cualquier herida que se haya sufrido y para ello te ayudaremos un poco.


Tips para llegar al perdón

  1. Tú mereces perdonar. El que perdones a alguien no debe depender de que, a criterio tuyo, esa persona lo merezca o no sino que con la conciencia de que perdonar a alguien te traerá un beneficio principalmente a ti y estando convencido(a) de esto sabrás que tú mereces estar bien a pesar de las cosas que los demás hagan y que puedan causarte un perjuicio, real o fictisio, ya que a decir verdad en ocasiones nos creamos el daño que decimos haber recibido sobre todo en situaciones emocionales, no así con consecuencias físicas de una acción hacia nuestra persona. Sea cual sea el caso recuerda que si perdonas es porque eres una persona valiosa que si bien no puedes cambiar el pasado de los hechos puedes cambiar el futuro de como afrontarlos.
  2. Haz conciencia del daño que te causas. Como lo mencionábamos arriba odiar a alguien es como tomar veneno y aunque no literalmente el mantener estos pensamientos negativos constantemente nos trae, aparte del malestar emocional en el que vivimos constantemente, problemas fisiológicos los cuales comunmente empiezan con transtornos gastrointestinales que se pueden expandir a múltiples zonas del cuerpo, incluso algunas hipotesis mencionan al odio como un factor fundamental en la aparición de cáncer en distintas partes del cuerpo.
  3. Aprende cómo y cuándo perdonar. En muchas ocasiones el principal problema con el perdón es que sentimos y todo mundo nos dice que debemos perdonar a alguien y esa presión puede ser más molesta, incomoda y dañina que el mismo hecho que la generó. Por ejemplo un padre que cometió abuso sexual con alguna hija tal vez podría en su lecho de muerte pedirle a la hija que lo perdone y esto le traería paz a él pero tal vez la hija no está lista por lo que la presión psicológica de perdonarlo por ser su padre podría causar mayores afectaciones; en este caso ella no fue culpable de lo que pasó y no es su obligación perdonarlo, aunque idealmente se esperaría que sí ella debe haber trabajado en si misma para lograrlo por voluntad y decisión propia, aún cuando éste ya hubiese fallecido.
  4. No perdones condicionadamente. Cuando das el perdón a reserva de que la otra persona haga o deje de hacer ciertas cosas estás creando un círculo vicioso del que probablemente después te cueste trabajo salir. Esto es porque cuando perdonas a alguien sinceramente lo haces entendiendo las limitaciones que dicha persona tiene, en ocasiones hasta podrás entender los motivos por lo que lo hizo y en general cuando perdonas a alguien realmente no esperas nada a cambio lo cual es totalmente sano para ti pues nunca podrás controlar lo que las demás personas hagan y de hecho es probable que una acción que consideras que te daña se vuelva a presentar si mantienes relación con esa persona. Por ello te recomendamos que perdones como una actitud de desprenderte de eso que te hace mal, te angustia, te quita la paz y te hace infeliz más que como una acción de querer controlar lo que en el futuro haga o hagan ciertas personas.
  5. Perdona aún sin entender. Una limitante que es común encontrar en las personas a la hora de perdonar es el no poder entender por qué la otra persona hizo lo que hizo lo que nos lleva a pensar una y otra vez el cómo, cuándo, por qué, con quién, dónde y todas las demás interrogantes acerca de esa situación en particular y cuando no podemos obtener las respuestas a esas preguntas es cuando más se complica poder dar el salto al perdón. Si bien en ocasiones es bueno el saber el porqué de las cosas, sobre todo cuando se busca un crecimiento, es importante saber que no siempre lo vamos a lograr pues los actos de las personas están determinados por la personalidad de esa persona la cual puede ser distinta bajo diferentes circunstancias y el ser humano puede ser tan complejo que tratar de entenderlo nos podría llevar a la locura.

Perdonar a los demás puede ser tarea difícil, lo importante es empezar, tal vez con cosas pequeñas o insignificantes a primera vista pero que de verdad lo perdonado quede como una simple enseñanza y no se vuelva un arma en el futuro contra la otra persona. Conforme vayas aprendiendo a perdonar te darás cuenta que vives cada vez más feliz y poco a poco aprenderás a que los actos de los demás te impacten negativamente lo menos posible, ¡inténtalo!.

Si traes cargando algo difícil de perdonar te invitamos a que lo compartas con nosotros, tal vez podamos encontrar una solución que te permita ser feliz.

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