Una vida plena en pareja

Como mencionábamos en nuestro artículo vivir o sobrevivir en pareja el decidir compartir la vida con alguien significa hacer mucho más de lo que normalmente estamos dispuestos a realizar o, dicho de otra manera, las implicaciones reales de este compromiso están fuera de nuestra vista por lo que debemos prestar la atención necesaria y poner todo nuestro empeño en iniciar (o continuar si ya se está dentro de una relación) con una mentalidad que incluya por supuesto al amor como normalmente creemos que es, pero el cual debe estar siempre acompañado por lo menos de los siguientes aspectos básicos que no deben faltar y que muchas veces son malentendidos.


Respeto

El respeto normalmente va mucho más allá de lo que nos enseñaron en la casa, en la escuela o en cualquier otro lugar al que normalmente asistíamos por lo que muchas veces el entendimiento erróneo o a medias de este valor nos trae muchos problemas en las relaciones interpersonales que entablamos y sobre todo con nuestra pareja.

Además poco estamos consientes de que la práctica de este valor es dentro de una dinámica bilateral y tal vez nos suena familiar un sin fin de frases de los papás o las personas que se han encargado de nuestra educación sobre todo en la infancia que decían más o menos así "si quieres que te respeten, debes respetar tú primero" y muchas variantes de esta frase como "trata a los demás como quieras que te traten" o la famosa frase de Benito Juárez "el respeto al derecho ajeno es la paz". Todas estas frases tienen una buena intención de educar y formar la personalidad de las personas, el problema es que cuando no son enseñadas y/o entendidas de una manera adecuada nos llegan a dejar una idea equivocada de como deben ser las cosas y de como debemos de comportarnos con las personas a su vez que ellas con nosotros.

Hay mucho que decir acerca del respeto, sobre todo que es difícil de entender y aceptar pero es necesario hacerlo. Eso lo tocamos más a fondo en el artículo El respeto en las relaciones humanas. En este tema es importante resaltar que así como debemos respetar a la pareja, de igual y en la misma medida la pareja nos debe respetar, esto significa que no deben decirte como debes vestirte, a que te debes dedicar, con quien puedes salir, a quien le puedes hablar, que debes y tienes que hacer con tu dinero, etc. y todo esto no lo pueden ni deben hacer contigo pero tú tampoco debes hacerlo. De hecho la frase "si quieres que te respeten, debes respetar tú primero" debe acompañarse por lo menos de dos acotaciones:

  1. El respeto no lleva un orden, se debe dar y recibir a la par. Cuando el respeto realmente forma parte de tu vida eres congruente y lo practicas para todos lados, siempre y con igual medida.
  2. En el sentido más estricto del respeto, tú lo debes otorgar aún y cuando no esté siendo recíproco pues en una relación con problemas alguien debe tener la iniciativa y hacer las cosas correctamente para poder mejorarlas.

En la práctica es muy complicado poder llevarlo acabo, esto se debe a que, en primera estamos acostumbrados a recibir algo por lo que damos y en segunda a que no tenemos confianza el uno en el otro en distintos sentidos y a diferentes niveles de ahí que sentimientos como la envidia (personal, material y/o profesional), el egoísmo, la incertidumbre, los celos, el rencor, la venganza u otros estén presentes en la mayoría de las relaciones lo que nos hace vivir en una constante incoherencia pues estamos con alguien que supuestamente amamos pero que no lo dejamos ser y a veces ni nos preocupamos por su crecimiento y a quien queremos controlar, imponer nuestras ideas y costumbres e indicar qué y cómo debe hacer las cosas a la vez que esa otra persona intenta hacer algo similar con nosotros atentando directamente contra la liberdad de ambos.


Libertad

En general tenemos un concepto extraño de este valor pues normalmente sentimos, pensamos y decimos que la pareja nos reduce o de plano nos quita nuestra libertad (y sabemos que hay países con ideologías bastante distintas a las nuestras donde tal vez esto sí sea cierto pero probablemente en esos países ni lean este tema). De hecho la mayoría de las personas solteras no quieren casarse precisamente bajo el argumento de no querer perder su libertad porque muchas veces los papás en su infinita ignorancia con sus palabras y con su ejemplo nos han enseñado que el matrimonio es un verdadero martirio donde para entrar al club en primer lugar hay que perder muchas garantías individuales y ya estando dentro empieza la lucha de poderes y egos por tratar de controlar la dinámica de la relación, por imponer su voluntad, por lograr lo que sus padres no pudieron (claro, se empieza exactamente igual y se quiere obtener un resultado totalmente distinto, vaya incongruencia) y todo esto, que también lo vemos en la mayoría de las parejas dentro de nuestra sociedad, nos crea una espantosa idea del matrimonio y termina siendo en ocasiones un mal necesario, una ilusión pasajera o una práctica tradicionalista más que la oportunidad de conocer realmente a fondo a alguien, permitiéndose y más aún apoyándose mutuamente para tener un crecimiento intelectual, espiritual y hasta material pero sobre todo de disfrutar este proceso que ya poco se antoja para toda la vida pero que es cuando más recompensas otroga si se logra apreciar en su totalidad.

Nadie puede tomar y regresarte la libertad emocional, nadie excepto tú.

El hecho de que nadie pueda hacerlo no quiere decir que no lo intente, al igual que tú probablemente lo hagas también, ya sea conciente o inconcientemente, tal vez con alevosía o tal vez no pero en términos prácticos suele ser el mismo resultado: relaciones de pareja disfuncionales y, dicho sea de paso, si así tratas a la persona que en teoría es a quien más deberías amar es casi seguro que así lo hagas también con amistades, hijos, demás parientes cercanos, compañeros de trabajo, etc.

Debido a que no podemos arrebatar esta libertad de las demás personas ni ellas de nosotros se recurren a ciertas técnicas a veces dignas de un gran extorsionador como chantajear a las personas, sobornarlas para que hagan lo que queremos, hacernos los miserables, hacerlos culpables y responsables de nuestras desgracias y carencias, llegando a niveles más altos como amenazar con hacer o hacernos daño físico y otras conductas que son mencionadas en el tema La libertad en un matrimonio y dichas técnicas llevan siempre el objetivo de someter a un control emocional a la otra persona pues ya que al no poder controlar directamente lo que haga entonces lo manipulamos o nos manipulan para que nosotros mismos seamos los que nos encapsulemos, nos sometamos y terminemos haciendo lo que querían, incluso el manipulador suele encontrar la manera de que el manipulado aparte de realizar lo que se le solicita también encuentre la manera de que habiendo entrado en esta situación se ponga múltiples obstáculos, barreras y se encierre con llave para que no vaya a salir de esta situación. Y todo esto puede pasar incluso sin que haya premeditación por parte de alguno o ambos simplemente que por desgracia la pobre educación que recibimos a veces viene más llena de prejuicios, traumas y demás pensamientos y comportamientos que nos crean una visión errada e inflexible que obedecen a un qué, cómo, cuándo y dónde actuar y hablar lo que límita o más bien nos lleva a limitarnos nosotros mismos en nuestra manera de ser y de expresar nuestra naturaleza, nuestros espíritu y nuestra escencia.


¿Qué esperar entonces?

En primer lugar no se trata solo de esperar cosas sino de pensar que puedo dar. Si vas a comprometerte con alguien debes estar dispuesto a dar amor más que a recibirlo pues es lo que te hará genuinamente feliz. Muchas personas entran en una relación por la necesidad que sienten de estar acompañadas, de sentirse amadas, de sentirse valoradas, de recibir atención, comprensión o halagos y muchas otras necesidades que esperan que la otra persona les cubra cuando desafortunadamente en la mayoría de los casos la otra persona está igual o peor que nosotros condenando al fracaso dicha relación.

En un sentido idealista deberías de buscar tener una relación cuando te sientas con una capacidad de dar mayor que de recibir cuando la necesidad que sientas sea de darte a los demás, de entregarte y de ver por alguien más ¿imaginas una relación con dos personas con estas características?. Este sentido idealista es muy difícil de encontrar pues la mayoría de las personas hemos crecido con muchas carencias de todo tipo que nos han generado traumas, complejos y prejuicios más que una capacidad de amar. Pero hay algo a lo que sí podemos aspirar con los pies en la tierra, debemos tomar conciencia de la condición emocional en la que nos encontramos para poder iniciar y mantener una relación en la cual seamos soporte y lo tengamos para mejorar todos los aspectos negativos que nos afectan; debes entrar en una relación con la convicción de que cada día podrás ser mejor y de que ayudarás a tu pareja a que lo sea para que no caigas en el error de pasártela exigiendo cosas como si todo lo merecieras, cuidate de no pecar de soberbia.

En una relación saludable puedes aspirar a ser la persona más importante para tu pareja así como ella lo debe ser para ti. De aquí podemos partir para ver como imaginas o como estás viviendo tu relación de pareja ya que en la mayoría de los casos cuando existen hijos estos pasan a ser lo más importante tanto para la mamá como para el papá y lo peor de todo es que se enorgullesen de sentirlo y decirlo, probablemente sea tu caso y si no lo es pregúntalo a un determinado número de parejas y confírmalo. Esto es el inicio de las relaciones torcidas y poco saludables que actualmente se ven por montones alrededor del mundo. Probablemente ya estás con los pelos de punto al escuchar esto por lo que vamos a explicar porque los papás sí son lo más importante para los hijos (cuando están pequeños) pero no debe ser al revés.

Cuando tú decides formar parte de una relación formal estás decidiendo compartir tu vida con alguien más, suena trillado y superficial pero en el más puro sentido estás ofreciéndote a esa persona, estás abriendo la puerta de tu corazón y estás permitiendo que sea partícipe de tus alegrías y tristezas, de todas tus experiencias y en pocas palabras es compartir lo más preciado que tenemos que es la vida misma. Así debería ser cuando te unes a una persona y comienzas la relación, aunque muchas veces no es el caso, y si lo haces con tal entrega (y tu pareja hacia ti con igual convicción) entonces estás convirtiéndola en lo más valioso para ti o así debería ser.

Los hijos son uno de los múltiples frutos de esa unión, ellos van a llegar y los van a acompañar algunos años en su travesía y después se irán a formar su propia familia. Los hijos no deben convertirse nunca en lo más importante para ninguno de los dos padres pues no están destinados para ello. Los hijos deben de entender su papel en el núcleo familiar, deben saberse y sentirse amados por los padres, saber que son lo más importante para los papás pero vistos como unidad no vistos como papá y mamá por separado. Tal vez no te suene normal y es porque seguramente contigo no lo hicieron, para cualquier padre es difícil de entender y de poder decirle a su hijo que él no es lo más importante porque piensa que puede sentirse mal y a su vez tampoco puede pensar que su pareja sea más importante que su propia madre. Una madre (o padre) que pone a su hijo antes que a su pareja va a provocar que el hijo al crecer tenga "mamitis" pues no le enseñó el ciclo saludable que juega un individuo dentro de la familia y en términos prácticos le va a echar a perder la vida aunque sienta que así es la mejor manera de demostrar el amor, ojo que no hay que confundir que sea lo más importante con que sea lo único pues de aquí podrían derivarse muchas conductas negativas.

Para resumir, tu pareja debe ser la persona más importante en tu vida siempre (sí, más que tus papás y más que tus hijos) si no entiendes esto así entonces fuiste uno de la gran mayoría que le ha tocado vivir el mal ejemplo y ser amorosamente mal educado lo cual si no te tiene ya con problemas los traerá en un futuro. Afortunadamente siempre es momento para rectificar y comenzar a hacer las cosas mejor.


¿Qué concluimos por el momento?
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Como resumen diremos que la vida en pareja debe estar sustentada en el amor por supuesto y este amor debe tener como principales pilares el respeto y la libertad ya que sin estos los demás elementos que se requieren en una relación no puede surgir o fluir adecuadamente. El amor verdadero por la pareja te hace ver que es o debe ser la persona más importante que exista en tu vida, este amor te llevará inevitablemente a dar y recibir este respeto y libertad del que hablamos.

Si estas ideas de amor, respeto y libertad no te son familiares probablemente deberás analizar tu mente y tu personalidad para encontrar aquello que no te fue bien enseñado o que no asimilaste productivamente y que te ha creado ideas equivocadas de una relación en pareja.

Probablemente ya te has acostumbrado a vivir así, probablemente creas ser feliz e incluso pienses que tu manera de vivir es la correcta y que no necesitas ayuda, no necesitas cambiar y todo va bien; si piensas así sólo pregúntate ¿soy real y enteramente feliz como soy o me gustaría cambiar algunos aspectos de mi vida? y después pregúntale a tu pareja lo mismo, pregúntale si es feliz y si no cree que deberían de cambiar algo de su trato y de su personalidad así como de la tuya. Advertencia: sólo hazlo si estás dispuesto a escuchar la verdad y la vas a aceptar ya que en caso de que no te encuentres en una dinámica de autocrítica y mejora, las respuestas que te sean dadas de poco te servirán.

Si tienes dudas, preguntas o quieres compartir algo no dudes en hacerlo aquí abajo.

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